Los errores que cometí cuando empecé invirtiendo en acciones

Fecha de Creación
January 24, 2022
Categoría
Finanzas Personales
Tipo
Artículo

La semana pasada les contaba que existe una gran diferencia entre lo que es hacer inversiones “activas” (elegir acciones u otras inversiones de manera individual) versus lo que es hacer inversiones “pasivas” (invertir en índices).

Sin embargo, esta semana les quiero contar un poco de historia personal.

El año 2010 hicimos, juntos a dos de mis grandes amigos de la universidad, Rafael y Javier, los primeros ejercicios en materias de inversión… y fue un DESASTRE.

En este pequeño artículo “autobiográfico” les quiero contar sobre los primeros errores que cometí cuando estaba recien partiendo en el mundo de las inversiones.

La historia de cómo confiar ciegamente en los bancos y sus recomendaciones me llevó a perder el 30% de mis ahorros

Una de las primeras cosas que aprendí fue a desconfiar de los bancos y sus recomendaciones. Esto no fue gratis, fue debido a que perdí el 30% de mi dinero en 3 meses. Les cuento lo que pasó: el año 2010 estábamos con mis amigos juntos conversando cuando se nos ocurrió empezar a invertir en esto que todos hablaban, la bolsa. Era una cuestión “sexy” decir que eramos inversionistas bursátiles y qué mejor que ir con los grandes inversionistas y preguntarles qué hacer.

Éramos, teóricamente, más inteligentes que el resto y lo que se nos ocurrió era brillante: vamos a conseguirnos las recomendaciones bursátiles de los bancos más importantes del país, ver cuáles de las acciones se repetían y por qué, y armar un portafolio en base a aquellas acciones en las cuales había “consenso” de que iban a ser las mejores.

En el papel sonaba espectacular: teníamos acceso -gracias a nuestros tíos- a los documentos de recomendaciones de 4-5 de los bancos más importante del país (estas “recomendaciones” eran correos electrónicos que le mandaban a los clientes del banco con una lista de 5-10 acciones que el banco consideraba que eran buena inversión y que había que comprar a la brevedad).

Nos juntamos y analizamos las coincidencias. Luego, sin mayor análisis, decidimos cuáles eran las más “seguras” y armamos un pequeño portafolio de unas 4-5 acciones.

Después de un par de meses veíamos horrorizados como nuestro portafolio caía de manera diaria… hasta que terminamos pagando el precio por nuestra educación: habíamos perdido cercano al 30% de todo lo que habíamos invertido… y eso que recién estábamos empezando.
image

Foto por Ricardo Gomez Angel en Unsplash

¿Cuáles fueron las lecciones que me llevé de este primer error?

Son muchísimos los errores que cometí en aquel tiempo y que no fui capaz de ver hasta años después. Ahora parecen tan obvio, pero en ese momento me era casi imposible verlo porque todo lo que me rodeaba estaba diseñado para hacerme pensar que estaba actuando de la mejor manera.

Algunas de las lecciones que aprendí fueron:

  1. Tu ganancia es distinta a la del banco: Una de las primeras cosas que aprendí fue la estructura de incentivos que tienen los bancos y las corredoras. Estas dos instituciones ganan dinero fundamentalmente de un mismo lugar, las comisiones. Es decir, ellos ganan dinero cuando compras y vendes, no cuando te va bien o mal, por lo que el mejor incentivo que tienen es hacerte comprar y vender la mayor cantidad de veces posibles. No hay peor negocio para el banco que tu éxito (comprar, ir ganando mucho dinero con los años, y ojalá incluso no vender a menos que sea muy atractivo).
  2. Los horizontes de inversiones de los bancos y corredoras son muy cortos… intencionalmente: Debido al punto anterior, lo que normalmente te recomiendan son inversiones que duran 1 a 3 meses, y todas las semanas o meses están enviando nuevas recomendaciones. Esta frecuencia de información es fundamental para su negocio, generan la impresión de que saben mucho de lo que están hablando, que siempre están sobre la última tendencia, y que seguirlos al pie de la letra te va a dar una ventaja.
  3. Elegir acciones ganadoras es muchísimo más difícil de lo que parece: a pesar de que muchas personas te venden la idea de que son genios de la inversiones, realmente son muy pocos los que han logrado consistentemente elegir ganadores. Lo malo es que quienes lo logran son los que más lo publicitan, mientras que aquellos que fracasan (la gran mayoría) se quedan callados y no dicen nada. Lo mismo pasa con los bancos, te suelen hacer una serie de sugerencias que terminan siendo bastante malas en general y que los novatos, como yo en ese momento, compramos sin pensar.
  4. A pesar de que los bancos estén de acuerdo (o que el mercado en general llegue a un consenso), no siempre están en lo correcto: nadie, absolutamente nadie, es capaz de predecir el futuro. Y si fueran capaces de hacerlo, no te lo dirían y se harían ricos ellos mismos. Esto implica que no debes cometer el mismo error que yo cometí: vi que todos estaban de acuerdo en ciertas acciones como ganadoras y asumí que el mercado iba a estar en lo correcto (¿cómo es posible que si tienen pagados a los mejores analistas no sean capaces de ver algo que un novato como uno no es capaz de ver?).
  5. Si no sabes lo que estás haciendo, a lo menos estudia antes de poner todo tu dinero: otro de los errores fundamentales que cometí fue arrojar todo el poco dinero que tenía en ese momento a las acciones que me recomendaban. El error no fue invertir, el error fue asignar desproporcionadamente entre mi patrimonio/inversión. Supongo que era el precio a pagar por el aprendizaje (y bien valió la pena), pero mirando hacia atrás tal vez lo más sensato hubiese sido partir de menos a más.
  6. Cuando todos te ofrecen el mismo servicio, anda por el más barato: Otra de las cosas que no vi en ese momento fue el tema de las comisiones. Años después aprendí que se podía hacer lo mismo muchísimo más barato y recibía exactamente el mismo servicio. Sin embargo, en ese momento usé la corredora de mi banco… y claramente no era la más económica.

Seguiremos explorando más este tema la próxima semana en la Parte III de este artículo sobre inversiones activas versus pasivas. Si te perdiste la Parte I, puedes revisarla aquí.

© Copyright - Todos los derechos reservados. Santiago Allamand. | Contacto | Linkedin | Tik Tok | Instagram | Spotify | Youtube | Suscríbete al Newsletter