El tema del dinero siempre se nos enseña como una cuestión matemática, donde la precisión aritmética es la única forma de entender esos elusivos papelitos verdes. Sin embargo, estoy en profundo desacuerdo con este acercamiento: las finanzas personales no son un tema matemático, son un tema personal y emocional. Tienen que ver con nuestra personalidad y no necesitas ser un calculista para ser bueno con el dinero.
Todas mis clases suelen tener uno de sus módulos introductorios enfocados en descubrir nuestra única y particular forma de acercarnos al dinero. Todos entendemos y vivimos el dinero de formas distintas.
Existen muy interesantes investigaciones sobre cómo se comportan las personas ante el tema del dinero, dentro de las cuales destaca la de Olivia Mellan, que es una muy reconocida experta en temas de finanzas personales.
Ella dice que las personas se pueden clasificar en distintas personalidades del dinero, dentro de las cuales tenemos: (Ojo, todos tenemos un poco de cada personalidad) (he adaptado un poco la traducción para ajustarla mejor al español)
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La persona multiplicadora de dinero:
Se trata de personas a las cuales les encanta invertir dinero, crear presupuestos personales, personalizarlos, jugar con ellos casi de manera diaria.
El énfasis en este tipo de personalidades está puesto en invertir y obtener las mejores rentabilidades posibles. Siempre se busca encontrar nuevas y mejores inversiones, aprendiendo todo lo que se pueda respecto de invertir.
Además, les suele ser difícil gastar dinero, ya sea en sí mismos o en otras personas (y algunas veces, especialmente en otras personas), y tienden a mirar los gastos de otras personas como compras innecesarias o frívolas.
Generalmente a estas personas no les falta el dinero y muchas veces están tranquilos con sus finanzas personales, pero pueden tener ciertos roces con otras personas que tratan el dinero de una manera distinta. También pueden tener problemas cuando esta necesidad por acumular dinero termina transformándose en una actitud que les genera ansiedad o estrés.
La persona gastadora:
Estas son personas a las cuales les gusta comprar cosas y disfrutarlas de inmediato, lo que suele significar que gastan todo o casi todo el dinero que ganan mensualmente. No se detienen mucho a pensar sobre el ahorro e inversión, y están más enfocados en conocer sobre los últimos productos o servicios del mercado que necesitan probar.
Incluso, algunos pueden encontrar difícil el ahorrar y suelen tener problemas creando presupuestos o cosas por el estilo.
Muchas veces incurren en deuda para adquirir cosas que no pueden comprar todavía.
Ser un gastador no es una cosa mala en sí, solamente tenemos que ser cuidadosos si no nos sobra el dinero o no tenemos fuentes seguras de ingresos, ya que cualquier traspié puede generar una gran bola de nieve que nos lleve a muy malas situaciones.
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La persona preocupada por el dinero:
Estas son personas que tienden a estar preocupadas o estresadas respecto del dinero, pensando una y otra vez sobre el asunto. Estas personas quieren sentirse en control sobre su dinero, por lo que pueden utilizar mucho tiempo para estar midiendo y contando cuánto dinero tienen, cuánto les falta, qué pueden hacer para mejorar su situación.
Una cosa que es interesante es que el tener más dinero no suele hacer que estas personas puedan preocuparse menos del asunto, ya que en realidad ahora tienen que preocuparse de más cosas que antes.
En general, es una buena cosa estar preocupado y estar atento sobre el tema de nuestras finanzas personales, pero tenemos que tener cuidado que se vaya a otro extremo que signifique generarnos estrés, ansiedad, y que termine afectando nuestros día a día.
La persona que evita el tema del dinero:
Suelen ser personas que se atrasan en el pago de sus cuentas, porque no quieren andar pensando en ello. Suelen no saber exactamente cuánto dinero tienen y tampoco cuánto de eso gastan.
Cuando uno les habla del tema del dinero, suelen encontrarlo un asunto muy poco interesante, aburrido, e incluso, en algunos casos, abrumador.
En algunos casos más extremos, no se sienten competentes para realmente manejar su propio dinero y no quieren tomar responsabilidades asociadas a esto (¿conoces a alguien que deja que sus finanzas personales las vea su pareja?, por ejemplo).
Afortunadamente, lo que los estudios nos han mostrado es que una persona que evita el dinero puede cambiar esta percepción que tiene con un poquito de educación (como este blog) y práctica.
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La persona que demoniza el dinero:
Este es uno de los más interesantes. Se trata de personas que consideran que el dinero es perverso, malvado, y que es la causa de todos los problemas del mundo.
Es por esto que no le interesa acumular dinero, e incluso se burla de quienes lo hacen. Es tan así que se sienten incómodos en caso de recibir una herencia o ganar una cantidad de dinero mayor. Estas personas son las que habitualmente evitan invertir su dinero.
La persona ahorradora:
Estas son las personas a las cuales les encanta tener mucho dinero y el énfasis está puesto en ahorrar y no gastar más que en invertir. De hecho, siempre están trabajando para acumular y apilar cada vez más dinero.
Muchas veces estas personas se preocupan más de juntar dinero que de gastarlo, lo que suele significar que muchas veces les pasa que no tienen el tiempo si quiera para gastarlo. Y si gastan, se sienten culposos
Bibliografía:
Desde 1982, Olivia Mellan ha sido pionera en el campo de la psicología del dinero, la comunicación de parejas, el manejo del estrés y la resolución de conflictos. Su columna mensual, The Psychology of Advice, aparece en Investment Advisor, y ha aparecido en Oprah, Today Show, ABC’s 20/20 y otros medios norteamericanos.