La semana pasada conocí a Myrna, psicóloga, madre soltera con una sola hija ya mayor de edad. Doña Myrna se había dedicado toda la vida a la capacitación y talleres relacionados con el buen ambiente laboral y otro temas parecidos.
Desde que llegó la pandemia, las cosas se habían puesto cada vez más difíciles para ella, ya que no estaba en condiciones de realizar los talleres que siempre hacía ya que estos eran presenciales.
Una de las cosas que más quería Myrna era poder mejorar su situación financiera, salir de las deudas y tener el control sobre su situación para poder construir el hogar de sus sueños, donde quería incluir una sala para la dictación de talleres presenciales para sus clientes.
Sin embargo, el problema estaba en que realmente se sentía perdida, desamparada y sin herramientas para poder hacer esto. No tenía un mapa, una luz que le permitiera saber hacia donde ir y qué hacer.
Esto era muy complicado, porque sin saber qué hacer, ella sentía que era imposible que pudiera salir de sus deudas y cumplir con sus sueños. De hecho, siempre había intuído que estaba pagando de más con sus créditos y deudas, pero no tenía idea de cuánto ni cómo. Solamente tenía esa sospecha, como todos la tenemos, de que el Banco obviamente tiene que estar ganando algo y que muchas veces no está muy de nuestro lado.
Ahí fue cuando nos conocimos y tuvimos la oportunidad de trabajar un poco sus finanzas personales y crear las herramientas para que pudiera encaminar sus sueños.
Lo primero que hicimos fue ordenar. Era muy difícil para Myrna el poder partir con un plan sobre cómo ordenar su dinero sin saber desde donde partiamos.
Era un poco como lo que nos ocurre cuando vamos al médico. Para que el médico nos pueda dar un remedio, lo primero que nos pregunta es cómo nos sentimos, qué nos duele, e incluso, nos manda a hacernos exámenes antes de darnos un tratamiento. Acá pasaba un poco lo mismo, lo primero que teníamos que hacer era sacarnos una radiografía antes de poder tener un diagnóstico y un tratamiento.
Fue por eso que partimos trabajando lo que yo llamo un “Balance General Personal”.
¿Qué es un Balance General Personal?
Un Balance General Personal es una forma elegante de decir una “fotografía de mis finanzas personales el día de hoy”. Es básicamente una lista, que puede ser en una hoja de papel común o corriente, o en una planilla de excel (si quieres te la mando a tu correo, presiona acá), donde vamos registrando todo lo que tenemos y todo lo que debemos.
Lo que es fascinante sobre los Balances Generales Personales es que no son emocionalmente fáciles de hacer, pero la satisfacción que nos llevamos cuando los terminamos es transformadora.
Lo que pasa es que todos tenemos un poco de este rasgo de la personalidad donde preferimos evitar el tema del dinero porque nos da nervio, miedo y ansiedad. Muchas veces no queremos ni pensar en el tema y tampoco tenemos mucha claridad de cuánto dinero tenemos y cuánto gastamos.
Me recuerda siempre un poco a cuando uno tiene una herida y no quiere ni mirar qué hay debajo de la venda, por miedo a lo que puede haber ahí. Lo curioso es que muchas veces miramos y nos encontramos que la herida está más sana.
En algunos casos más extremos, he visto incluso personas que no se sienten competentes realmente para manejar su propio dinero y no quieren tomar responsabilidades asociadas a ello.
A Myrna le pasaba un poco esto. Le costaba mirar su cuenta del banco y sus créditos, ya que le generaba un especie de nudo en el estómago cada vez que miraba la cantidad de deudas que se habían acumulado.
Además, digamos las cosas como son, los bancos siempre se han preocupado de presentar los números de una forma rarísima y que cuesta un monton entenderlas (todos sabemos que es una forma de hacer que nadie lo entienda y nos tengan bajo su control).
¿Cómo armar un buen Balance General Personal?
A mi juicio, armar un Balance General Personal es una cosa que todos podemos hacer con un poquito de ayuda. Lo importante es que no se nos quede nada fuera, ya que esos “puntos ciegos” son los que siempre nos terminan pasando la cuenta en el futuro.
Cosas que no debemos olvidar:
- Lo que “tenemos” o nuestros “Activos”. Sin entrar en tecnisismos innecesarios, lo importante aquí es hacer una lista de a lo menos lo siguiente:
- Dinero en efectivo que tengamos.
- Dinero en tus cuentas del banco (literalmente anota el número que sale en tu cuenta).
- Dinero que te debe algún amigo u otra persona (es decir, las cuentas que tienes por cobrarle a alguien).
- Cosas que tengas, como el valor de mis inmuebles (departamento, casa u otro como un terreno, parcela, etc). No importa que tengas un crédito hipotecario, anota cuánto vale o cuánto te costó esa casa o departamento.
- Fondos Mutuos si es que tienes.
- Depósitos a plazo en un banco.
- Cualquier otra inversión que tengas.
- Otros activos que tu quieras, como puede ser un emprendimiento, propiedad intelectual, u otras cosas de valor (como joyas u objetos valiosos).
- Lo que debemos o nuestros “Pasivos”. Básicamente, nuestras deudas con otras personas o instituciones como bancos:
- Deudas en tu tarjeta de crédito. Anota cuánto sale que debes hoy en la tarjeta.
- Deudas a conocidos o amigos.
- Créditos de consumo. Anota cuánto te falta por pagar en total hasta el final.
- Créditos hipotecarios. Anota cuánto te falta por pagar hasta el final. Ojo: ProTip, esta es la única deuda que puedes tener sin remordimiento. No tiene nada de malo tener este tipo de deuda si quieres tener una casa propia. Hablaré un poco en otro artículo sobre si vale la pena arrendar o ser dueño, pero en general no te tienes que arrepentir si tu sueño es tener tu propio lugar.
- Crédito Universitario (CAE). Anota cuánto te queda por pagar hasta el final.
- Otros pasivos como puede ser por ejemplo alguna cuenta básica que no hayas pagado y estés atrasado u otro que tu quieras.
Con esos datos, tu puedes sumar todo lo que tienes, todo lo que debes y entender cuál es una visión macro de tus finanzas personales.
Este dato no es ni bueno ni malo, simplemente es un momento en tu vida. Es el punto de partida desde el que partimos trabajando. Siempre hay que ver esto como una herramienta para que tomes tu vida y la pongas bajo tu control.
¿Qué pasó al final?
Cuando hicimos estre trabajo con Myrna todo salió muy bien, aunque no fue fácil la parte de los bancos. Siempre lo bancos te ponen problemas para mostrarte la información de tus deudas y lo que tuvimos que hacer fue literalmente llamar por teléfono a los 3 bancos en los que ella tenía deudas y pedirle uno por uno a los ejecutivos que nos fueran dando los datos que queríamos.
Ten en claro que a algunos bancos no les conviene que entiendas lo que está pasando ni que estés empoderado, por lo que muchas veces no se entiende mucho lo que te muestran hasta que los llamas y les preguntas concretamente que te ayuden.
Nos demoramos un par de horas llamando por teléfono pero lo logramos solucionar.
Lo que pasó fue maravilloso, ya que Myrna me decía que ahora sentía que tenía una especie de vista de águila sobre las cosas que estaban pasando en su vida. Estaba por fin empoderada y sabía por donde partir. Nadie nunca le había querido ayudar con estos temas y nos quedamos conversando largamente sobre lo importante que era compartir estas lecciones.
Es mucho menos abrumador el tema de las finanzas personales si tenemos un mapa que nos muestra el punto de partida, porque así sabemos qué hacer para adelante.
En los siguientes artículos iremos profundizando en qué hay más hay que hacer.